Masia Can Portell

El pasado domingo 2 de marzo pretendíamos apuntarnos a la Barcelona Magic Line y hacer 21KM andando por collserola por causas solidarias… pero resulta que en Barcelona somos todos muy runners y muy solidarios y no nos quedaron plazas. En NOVA, que somos gente con recursos, decidimos cambiar el plan por una excursión freestyle que acabara con una buena calçotada.

Así que nos fuimos Natalia, Nick, Anna, Marcos, Clara, Alejandro (el no computó el día como excursión ya que le faltaron bastantes kms… somos unos amateurs a su lado), Borja y yo de paseito por los caminos que hay cerca de la Masia Can Portell (Carretera de Vallvidrera, km 6,  Molins de Rei). Gracias suegri por la recomendación 🙂

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El sitio está muy bien (cierto es que es menos masia y mas restaurante) y vale la pena llegar con tiempo para poder pasear ya que está en medio de vallvidrera y tiene caminos muy chulos. El restaurante es enorme, con varias plantas y salas gigantes llenas de mesas. Pero tienen bien controlado el tema de la sonorización ya que en ningún momento nos dio la sensación de estar en un gallinero.

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Para comer, la decisión era fácil: decidimos pedir el menú calçotada (excepto uno de nosotros…. no voy a nombrarle por respeto… que es de tarragonaTierradelCalçot… y no le gustan los calçots!!!). El menú incluye barra libre de tejas de calçots (solo si toda la mesa, o la mayoría, pide el menú), parrillada de carne de segundo y postre (en mi caso, crema catalana).

Como toda recomendación de mis suegris, fue un éxito! Todo estaba muy bueno y los calçots en su punto.

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El menú calçotada cuesta 37€ por cabeza (al final pagamos un poquito más, pero más o menos es eso) así que está bastante en línea con los restaurantes del mismo palo de la zona.

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La verdad es que me gustó mucho y os diré que se ha convertido en mi nuevo sitio prefe para calçotadas de Barcelona.

Balmes/Roselló

El domingo 4 de enero fuimos a comer con Carlos y Gon para despedirnos de este último antes de que volviera a la Madre Rusia. El restaurante elegido fue Balmes/Roselló (que está en Balmes 129… esquina roselló! Algún creativo le ha dado vueltas a esto, eh??)

Es un restaurante amplio y agradable, hacia relativamente poco lo había visitado para tomar una caña con una amiga. En la puerta tienen un carrito con ginebras, limas y tónicas, así para marcar buenas intenciones 😉

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El restaurante está especializado en carne a la brasa, pero tiene una carta amplia con tapas, platillos y pizzas… así que básicamente se puede comer de todo. Y cuando digo de todo, es de todo! Porque tienen hasta tejas de calçots. Para empezar pedimos un poco de pan con tomate para todos; Carlos, Gon y Borja optaron por los calçots de primero yo me pedí una ensalada de rúcula  con cebolla crujiente y queso que estaba muy buena. De segundo plato tanto Borja como yo nos pedimos butifarra a la brasa, un clásico que nunca falla.

La verdad es que sería un triunfote encontrar un buen sitio de calçots en pleno eixample… pero no fue el caso (una de las pegas es que la salsa estaba sosa… y la salsa es el 60% de la gracia de los calçots!!). No están mal tampoco, pero si apetecen calçots buenos vale la pena coger el coche e ir a restaurantes tipo Can Carbonell aunque sea un poco caro o ir más lejos y visitar Valls donde tienen calçots buenerrimos.

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La comida salió a 28 euros por persona. Aunque triunfaron más los segundos que los calçots, podemos decir que comimos bien y en cantidades correctas así que el precio está en línea.

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No diría que es el descubrimiento del año, pero no está mal si estáis por la zona.

Can Carbonell

El pasado domingo 24 de marzo quedamos con mis compis de trabajo en Can Carbonell para calçotear un poco. El restaurante es una masia que está en el parque de Collserola, muy cerca de Barcelona. Algunos de los asistentes organizaron el que es un muy buen plan antes de visitar el restaurante: una caminata por Collserola. Borja y yo fuimos directamente ya que el día anterior tuvimos una boda (como veréis en la foto soy la única que no bebe cerveza sino una cantidad considerable de agua: la hidratación es básica después de beber….zumos en una boda)
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Como éramos muchos decidimos saltarnos el proceso de carta y elegir el menú calçotada. Te traen una cantidad ilimitada de calçots y pan con tomate, parrillada de carne de segundo y postre (también incluye bebidas y cava). Los calçots estaban muy buenos, eran grandes y en su punto (ayudó el hecho de que la salsa romesco estaba espectacular). La parrillada de carne estaba bastante bien, pero nos esperábamos la típica bandeja llena de carne  para poder elegir y lo que te traen es un plato para cada uno con un trocito de cada pieza. De postre, Borja pidió una crema catalana muy buena y yo un biscuit con chocolate caliente que no me decepcionó (tengo el listón muy alto con los biscuits…)
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El menú calçotada cuesta 34,9 € (IVA no incluido), como pedimos más cosas acabo saliendo por 43 € por persona. Es caro… es el precio que sueles pagar cuando vas a Valls a comer calçots… y aunque aquí comes más y mejor que en Can Borrell no es la calidad que encuentras cuando te vas a Tarragona, tierra del calçot.
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La ventaja que tiene es que es muy cómodo ir a tomar buenos calçots tan cerca de Barcelona, así que no descartamos volver a visitarlo!

Masia Can Borrell

El 22 de Diciembre estrenamos la temporada de Calçots donde venimos haciéndolo los últimos años: en la Masía Can BorrellFuimos con motivo de dar la bienvenida a Fer, que ahora vive en México y es un gran amante de los calçots (como todos nosotros). En total éramos 12 personas.

La Masía Can Borrell está en el Parc de Collserola, por lo que te da la sensación de estar comiendo en plena montaña, cuando en realidad estás a solo 10Km del barrio de Horta (el restaurante se encuentra en el Km.3 de la carretera de Horta a Cerdanyola). Se puede llegar tanto en coche como en bicicleta (no te miran mal si vas vestido con culotte). Incluso alguna vez hemos ido dando un paseo desde Sant Cugat.

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Siempre lo hemos definido como El Pryca de los calçots, porque tiene capacidad para unas 500 personas y siempre está lleno. Para nosotros ya forma parte de una tradición ir a comer a Can Borrell, pero el tenerlo tan idealizado nos ha hecho no ir viendo la realidad al paso de los años. Empezamos yendo porque era bueno y barato y ahora no es ni lo uno ni lo otro. Especialmente flojea el servicio. Son lentos y carecen de simpatía. Van siempre estresados, por lo que si quieres pedir que te traigan las patatas fritas antes de que se te enfríe la carne (algo que pasa siempre), sueles conseguir un bufido como respuesta.

Cada vez que vamos comemos lo mismo: calçots de primero y cualquier carne de segundo (en este caso, tanto Alicia como yo comimos butifarra, aunque en días con hambre es muy recomendable partirse un chuletón). Los calçots, como estamos a principios de temporada, dejaron bastante que desear. Eran pequeños y con poco sabor. Existe la opción de pedir menú de calçotada (varias tejas de calçots y parrilladas de carne para compartir), pero nunca lo hemos probado, porque la sensación es que te sale más caro.

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En definitiva, es un restaurante para ir en grupo en temporada de calçots y al que seguiremos yendo únicamente porque es algo simbólico para nosotros, aunque no hay duda de que restaurantes como este hay varios en Collserola y, posiblemente, sean mejores.

La cuenta, cara para lo que venía siendo Can Borrell (30€ por persona). Por este precio deberían tratarte como algo más que un simple número (en nuestro caso, mesa 29). 

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Aún y todo lo comentado, para nosotros seguirá siendo un restaurante mítico, y un must para ir en chándal y con resaca.